Solo durante tres días.
Quise hacer un pequeño experimento.
No fue nada fácil.
En algunos momentos creí que no iba a poder lograr llegar al final.
Hubo algunos instantes que estuve a punto de caer en la tentación y dejarlo.
Pero al final lo logré.
He estado, tres días seguidos, ausente.
Ausente y apartado de todo lo que podríamos llamar una noticia.
Decidí que no iba a escuchar, mirar o leer ninguna noticia nueva durante tres días.
Pude llegar a un "acuerdo" conmigo para no oír la radio, ni encender la televisión, ni leer ningún periódico que estuviese al alcance de mis manos.
Mantuve cerrado el ordenador.
No miré si había cartas o propaganda en el buzón.
Incluso apagué el móvil.
En setenta y dos horas, realmente no estuve para nadie.
¿Probaron a hacerlo?. Inténtenlo.
A las seis horas de comenzar el experimento ya tienen "mono".
En mi caso. Cuando acabaron los tres días, fui directo al mando de la televisión.
Le di al "ON" y no paré de "zapinear" hasta llegar a un canal con noticias.
A medida que estas entraban por mis sentidos, comencé a notar una enorme calma.
Empecé a sentirme relajado.
De nuevo volvía a girar "la rueda de ejercicios" dentro de la jaula.
Y me di cuenta que todo estaba en perfecto orden.
Quise hacer un pequeño experimento.
No fue nada fácil.
En algunos momentos creí que no iba a poder lograr llegar al final.
Hubo algunos instantes que estuve a punto de caer en la tentación y dejarlo.
Pero al final lo logré.
He estado, tres días seguidos, ausente.
Ausente y apartado de todo lo que podríamos llamar una noticia.
Decidí que no iba a escuchar, mirar o leer ninguna noticia nueva durante tres días.
Pude llegar a un "acuerdo" conmigo para no oír la radio, ni encender la televisión, ni leer ningún periódico que estuviese al alcance de mis manos.
Mantuve cerrado el ordenador.
No miré si había cartas o propaganda en el buzón.
Incluso apagué el móvil.
En setenta y dos horas, realmente no estuve para nadie.
¿Probaron a hacerlo?. Inténtenlo.
A las seis horas de comenzar el experimento ya tienen "mono".
En mi caso. Cuando acabaron los tres días, fui directo al mando de la televisión.
Le di al "ON" y no paré de "zapinear" hasta llegar a un canal con noticias.
A medida que estas entraban por mis sentidos, comencé a notar una enorme calma.
Empecé a sentirme relajado.
De nuevo volvía a girar "la rueda de ejercicios" dentro de la jaula.
Y me di cuenta que todo estaba en perfecto orden.
2 comentarios:
¿Nueve días?
Uff..
Para el "guinness". :)
Pero está claro que para hacer eso hay que estar de "vacaciones".
Lo casi imposible es hacerlo durante "la vida normal".
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