
El general Wallace tuvo una vida interesante: lucho contra los sudistas durante la Guerra Civil Americana, intervino en el juicio de los asesinos de Lincoln y fue gobernador de Nuevo México.

Por ello, en 1907 se hizo el primer “amago” de llevarla al cine. Esta primera versión solo duraba 15 minutos, siendo retirada al poco tiempo por motivos legales (se filmó sin el premiso de los herederos de Walace).
Hubo que esperar hasta 1925 para que la novela tomara vida en el cine gracias al director Fred Niblo (600.000 dólares, de aquella época, fueron abonados por la compañía cinematográfica MGM a los herederos de Wallace por los derechos sobre la novela). La película dura 2 horas y 24 minutos.
Eran tiempos de cine mudo y fue rodada casi toda en blanco y negro.Niblo no era un genio como su maestro David W. Griffith, pero supo plasmar gran vitalidad en ciertas secuencias que hacen que esta película no resulte efímera ni anticuada. Los decorados compiten en grandiosidad y efectividad con los que aparecen en la posterior y más famosa versión.



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