miércoles, noviembre 22, 2006

EN MI PLAYA VACÍA


Me acosté tarde.
Me levanté temprano.
Se está haciendo una costumbre.
Tiempo dedicado a dormir es tiempo perdido.
Hoy necesitaba estar lejos.
Donde no me busquen.
Donde no me encuentren.
En mi playa solitaria.
En mi playa vacía.
Un buen día para dar un paseo por su orilla.
Quería volver a escuchar el rumor de sus olas.
Necesitaba de nuevo su brisa en mi cara.
Ver los tímidos rayos levantar el vuelo.
Ansiaba sentir a mi sol cálido y amigo.
Cuando llegué donde rompen las olas aún era de noche.
Las luces envolvían con un collar de perlas el arco de la playa.
El agua lamía suavemente el borde de la arena.
Desnudé mis pies.
El frío del otoño agitó mi alma.
Nadie miraba a las gaviotas jugar con el viento.
Quise volar con ellas.
Pregunté con la mirada.
Dijeron que era tarde.
Demasiado tarde.
Quizás otro día.
Tal vez, mañana.

2 comentarios:

Unknown dijo...

mira que nosotros tenemos cerca el mar... y que poco nos acercamos... solo cuando estamos en laredo yo consigo disfrutar del mar de la misma forma en que tu lo describes... a mi lo que más me toca la fibra es ese olor a mar que se te mete hasta la sentrañas cuando respira ondo... de vuelta a la ciudad es lo que sigue perdurando.....
a veces quisiera vivir pegado al mar...

mrci dijo...

Yo vivo pegado al mar.
Siempre fue así, desde que nací.
Creo que no podría vivir en un lugar donde el mar estuviese lejos.
Incluso cuando voy a otra ciudad, aunque no se vea el mar, se que es "distinta" si el mar está cerca.
Supongo que es la influencia de nuestro propio origen y evolución.
En el fondo somos en un 90%, agua.
Saludos norteños :)