sábado, noviembre 25, 2006

VIAJES SECRETOS


Hace unos días estuve hablando con mi “proveedora de viajes”.
En realidad llamo así la dueña de la agencia de viajes donde normalmente contrato mis "vacaciones" o los desplazamientos más o menos largos que puedo hacer a lo largo del año.
Debo reconocer que nuestras relaciones comerciales son cada vez menos intensas, pues el influjo de “Internet” está destruyendo rápidamente ciertas profesiones y antiguos negocios florecientes.
En el fondo, poderoso caballero es Don Dinero y al final, nadie se casa con nadie.
Después de muchos años de conocernos y de charlar sobre lo divino y lo humano, hemos llegado a ese nivel de confianza que nos permite intercambiar ciertos secretillos, curiosidades y anécdotas de nuestras respectivas profesiones.
Bien es verdad que sin demasiada reciprocidad por mi parte.
Supongo que en eso de los viajes de sus clientes le ocurre lo mismo que a los curas con lo que les cuentan en el confesionario.
Y es que hay cosas que no deben ni pueden contarse. Y menos a un desconocido.
Pero bueno, yo debo estar ya en otra categoría y de vez en cuando, esta buena amiga, se atreve a contarme ciertas confidencias sobre alguno de sus clientes.
No voy a entrar en la indiscreción de relatar esos cotilleos por aquí.
Entre otras cosas, por la confianza depositada en mi y porque puede darse la muy remota casualidad de que alguno de los afectados lo lea y se dé por aludido.
El mosqueo puede ser soberano.
No quiero que alguien coja una “recortada”, se líe la manta a la cabeza y envíe a mi amiga al otro barrio antes de tiempo.
Igual su marido se atreve a decir que nunca es tarde si la dicha es buena.
Pero hay ciertas dichas que cuanto más tarde, como que, mejor.
Sobre todo para mi amiga.
Pues a lo que iba. Siempre hubo y habrá viajes secretos de maridos con las amigas de sus mujeres. Y viceversa. Nada nuevo bajo el sol.
Las asistencias a congresos, seminarios o reuniones de negocios inexistentes, siempre dieron mucho juego.
Ahora con el invento del móvil puedes estar en Bilbao y decir que estás en Barcelona, por poner un ejemplo. Siempre teniendo cuidado de que no se oiga un zortziko de fondo en vez de una sardana.
Claro que algunos son mucho más prosaicos y no necesitan tanta parafernalia, le cuentan a la parienta que se van al bar cercano a ver el partido Barcelona-Bilbao por el canal + y acaban cogiendo el coche para terminar en una sauna oculta tras una discreta puerta o en una casa alumbrada, cual arco iris, con horteras tubos fluorescentes al borde de una carretera comarcal.
Cuestión de gustos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

la doble vida del señor de enfrente... bueno... cuado te lo cuentan siempre tiene su punto de gracia y esa cosa de secreto a voces...
pero en el fondo es triste que la gente se tenga que inventar una vida paralela... es como una doble frustración...
saludos..

mrci dijo...

Como siempre la última persona en enterarse suele ser la más afectada en el engaño.
Claro que siempre se dijo:
Ojos que no ven...
A lo que mi abuela contestaba:
¡Tortazo que te pegas!.
Saludos norteños :)